martes, 1 de septiembre de 2009

El Courel: Montañas Mágicas Gallegas

Este Verano, tres amigos nos juntamos y decidimos enseñar nuestros lugares preferidos en la naturaleza. El Courel ganó.
Sabíamos que íbamos a vivir algo especial mas nunca
imaginamos ver tanta belleza en una inmensa extensión de montañas.
Fueron tres días inolvidables! Tarín, nuestro guía “Coureliense” fue
otra bendición en esta aventura. Con él es imposible perderse por
estas montañas, mismo en medio de sus fantásticas nieblas. Es un
profundo amante y conocedor de su tierra. “Gracias Tarín!” Estas
belllísimas fotos fueron captadas por Carlos Venade. Es una suerte tenerlo
como intérprete. Él nos alerta para los aspectos y pormenores
mas interesantes de nuestra naturaleza que, de otra forma, nos pasarían
inadvertidos. "Una orgía botánica", dice.

Nos gustaría mucho volver en breve. ¿Alguien se apunta?


Nuestro guía Tarín, incansable explicándonos las bellezas de su tierra.
Gracias, Tarín!


Las cuestas eran escarpadas, mas el esplendor de los racimos de Sorbus aucuparia, nos distraían del esfuerzo.


Más alto que los pájaros.


Tarín, El Condor, por el objetivo, mientras soñaba


El abrazo de la bruma en la montaña.

El Sol estava allí mismo. Un salto y...


Tarín nos animaba: "Es la última subida!". Contamos, por lo menos, 8 últimas subidas. Elena se reía (ella ya había avisado).


Finalmente!


Después de las brumas, otro valle deslumbrante.


La última hora de la caminata, fue hecha en un bosque denso de viejos fresnos, tejos, robles y serbales de cazadores.

El líquen Lobaria pulmonaria (L.) Hoffm. vestía los troncos con su verde maravilloso.


Arándanos, suculentos y sabrosos. Arándanos por todo el camino.


Y, en la llegada, esta niebla en constante movimiento que se disipaba un poco mas abajo. Intentaba llenar el valle sin conseguirlo.


El sol cayó tras las cumbres. Llegó la hora de las siluetas.